Comencé a practicar en 1996 y sorprendido por la vivencia que sentí en la primera clase, me sumergí totalmente en el mundo del yoga. Me titulé como profesor en 1999 y comencé a impartir clases con ilusión e intención de ayudar.
Aunque mi intención era buena, me di cuenta que para ayudar de verdad hacía falta formación y experiencia, así que practiqué, sentí e investigué durante varios años dos de las ramas más difundidas e importantes del Hatha: Iyengar y Asthanga. Cada una me aportó su sabiduría y su conocimiento.
Durante varios años enriquecí mi formación con otros cursos lectivos y los talleres tanto de Yoga físico como de Yoga mental de la mano de Danilo Hernández (Swami Digambarananda). Con él aprendí a realizar una práctica tremendamente original, variada y saludable. Sus técnicas de pranayama y meditación resultan perfectamente asequibles a la vez que alcanzan niveles de conciencia increíblemente profundos.
Las prácticas de meditación que propongo acercan este arte, a veces complejo o malentendido, a cualquier alumno, de tal manera que se hace fácil saborear las delicias de esa quietud, de esa tranquilidad física y mental que sólo se siente aplicando correctamente las técnicas de atención-concentración.»