Fiammetta
creció en los Estados Unidos y desde muy pequeña estuvo conectada con el mundo del espíritu que yace más
allá de la realidad tal como la conocemos.
Temprano en sus veinte años la
medicina la encontró, y desde entonces ha dedicado su vida al continuo
aprendizaje y servicio de este trabajo.
Ella es capaz de hablar el
lenguaje del alma de muchos seres, usando este regalo para facilitar una
conexión a otros mundos; sirviendo como puente para las personas del
"mundo moderno" para comprender y conectarse con estas antiguas
tradiciones de sanación.
Su presencia femenina en la
ceremonia encarna la gran fuerza y dulzura que es la mujer.