Pablo d'Ors

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Pablo d´Ors nació en Madrid, en 1963,​ en el seno de una familia de artistas, y se formó en un ambiente cultural alemán. Es nieto del ensayista y crítico de arte Eugenio d'Ors, hijo de Juan Pablo d’Ors Pérez-Peix, médico humanista, y de María Luisa Führer. Es discípulo del monje y teólogo Elmar Salmann.

D’Ors presenta la posibilidad de mejorar la vida a través del silencio y la atención, es decir, a través de la meditación. D'Ors señala que «meditar no es reflexionar», sino hacer silencio interior y exterior, evitando la dispersión. Meditar es una palabra latina que significa permanecer en el centro. Cuando se medita, se peregrina al centro de sí, para evitar la dispersión y lograr una mayor concentración y unificación. Por lo tanto, meditar no es un ejercicio de la inteligencia, no requiere activar esa facultad, ya que meditar no es equivalente a reflexionar.

​ Según D’Ors, «el principal mal es la dispersión porque estando en tantas cosas no se está en ninguna». La meditación fomenta la capacidad de atención. D’Ors cita a Simone Weil al señalar que el amor es tanto como estar atento, por lo cual preguntándose a qué se está atento se sabrá lo que se ama. Meditar lleva a estar atento o, lo que es lo mismo, a poder amar, que no es otra cosa que saber dar y recibir, ayudar y dejarse ayudar. La meditación realizada de esta forma sirve para combatir el egocentrismo.

​ Mientras que la meditación pone el acento o foco en la percepción, la reflexión centra la atención en las ideas y pensamientos propios. Con la percepción, se está en lo que se escucha, se siente y se percibe fuera de uno mismo. En ese sentido, meditar es una forma de salir de uno mismo y estar en la realidad. La meditación conduce a un enfoque más radical de la identidad mientras que el ruido es el verdadero terrorismo en el que se vive.