Psoas, el músculo que habla de tus emociones

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19 de febrero de 2021

El Psoas constituye uno de los músculos más profundos y estabilizadores del cuerpo humano. Este interviene en nuestro equilibrio estructural, amplitud de movimiento, movilidad articular y funcionamiento de los órganos del abdomen. Conecta la columna vertebral con las piernas permitiendo que nos mantengamos de pie y que levantemos las piernas para poder caminar.

Mantener el psoas sano hará que nuestra columna vertebral esté más estable, dará mejor soporte al tronco y a los órganos que habitan la zona abdominal.

Muchos estudios determinan que es un órgano receptor, de percepción, con sensibilidad, compuesto por tejido «bio-inteligente» (por su capacidad de captar nuestras sensaciones y emitir una respuesta) representando literalmente nuestro deseo más profundo y necesidades primarias. Podría decirse que es como el mensajero elemental del sistema nervioso central.

Por ejemplo, las sensaciones que todos conocemos como «mariposas en el estómago» son una buena muestra de ello. Estas “mariposas en el estómago” son debidas a que el psoas está conectado con el diafragma a través del tejido conectivo o fascia, por lo se ve afectado tanto en la respiración como con el miedo reflejo.

PSOAS o músculo del alma

El psoas habla de cómo nos encontramos emocionalmente. De hecho, un estilo de vida acelerado, estresante y la misma ansiedad nos generan adrenalina que lo tensan recurrentemente preparándolo para entrar en acción o encogerse para protegernos. Sin que realmente exista una amenaza real de peligro.

Mantener el psoas en constante tensión debido a esa ansiedad o estrés hace que con el paso del tiempo este se acorte y endurezca, dificultando nuestra postura corporal y las funciones de los órganos que habitan en el abdomen. El dolor de espalda, las ciáticas, los problemas de disco, la degeneración de la cadera, las menstruaciones dolorosas, problemas digestivos, entre otros.

Un psoas bloqueado manda señales de tensión al sistema nervioso, interfiriendo en el movimiento de los fluidos y afectando a la respiración diafragmática. Está tan íntimamente involucrado en las reacciones físicas y emocionales básicas, que cuando está tensionado de forma crónica, está enviando al cuerpo continuas señales de peligro, por lo que puede repercutir en el agotamiento de las glándulas suprarrenales y del sistema inmunológico. Todo ello se agrava por nuestros hábitos diarios como la forma de sentarnos que disminuyen nuestros movimientos naturales y oprimen aún más el músculo.

En nuestras clases de Yoga encontrarás muchas posturas que trabajan el psoas para liberarlo de la tensión. Un psoas relajado nos permite fluir, liberarnos y sentirnos más vitales y enérgicos.

Mejora la posición del torso, columna y repercute directamente sobre las funciones de los órganos abdominales, la respiración y el corazón.

Algunas filosofías orientales atribuyen al psoas atributos del “músculo del alma”, un centro de energía principal del cuerpo.

Cuanto más flexible y fuerte esté el psoas, más podrá nuestra energía vital fluir a través de los huesos, músculos y articulaciones. Entendemos el psoas como un órgano de canalización de la energía. Permite que nos enraicemos con la tierra equilibrando nuestra pelvis y columna vertebral desde el centro.

Si quieres sacar el máximo partido a tu psoas empieza hoy mismo a practicar Yoga con Televisión Consciente.