Cada vez que navegamos por internet dejamos un rastro digital. Pero ¿quién tiene acceso a esos datos? En primer lugar, tu proveedor de internet. Esta empresa conoce tu ubicación, las páginas que visitas, el tiempo que pasas en ellas y qué servicios usas (WhatsApp, YouTube, etc.). Puede compartir o vender esta información según la legislación local.
En segundo lugar, está el navegador que utilizas, como Chrome o Safari. Estos guardan tu historial, búsquedas y cookies, y en algunos casos usan estos datos para personalizar anuncios.
Las páginas web también extraen información sobre tu dispositivo, ubicación y comportamiento en línea, usándola para marketing o modificar contenido. Además, los gobiernos pueden acceder a esta información con fines de seguridad, según las leyes de cada país.
No olvidemos a los hackers, que pueden interceptar tus datos en redes Wi-Fi públicas.
Finalmente, están las empresas de análisis y venta de datos, como Palantir Technologies, que trabajan con agencias gubernamentales y usan IA para predecir comportamientos. Estas empresas procesan datos masivos y, en muchos casos, vulneran la privacidad sin consentimiento.
Pronto te mostraremos cómo evaluar el riesgo de tu información y qué herramientas puedes usar para proteger tu privacidad digital.
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