Clase de Yoga para tu bienestar en la que trabajarás cuello, hombros, trapecios y homóplatos para descargarlos de tensión.
Hola, ¿cómo estás? Te doy la bienvenida a la clase de hoy en la que vamos a trabajar el cuello, los trapecios, los hombros, homóplatos para descargar toda esta zona
Para finalizar, haremos un masajito en el rostro antes del relax final
Siempre que generemos pasividad, soltura, movilidad en todo el cuerpo, siempre se va a ver beneficiado nuestro cerebro, el sistema nervioso
Así que vamos a soltar en la sesión de hoy, vamos a relajarnos y a tomar conciencia de esa pasividad profunda que va a generar todo esto en nuestro cuerpo y va a repercutir en nuestro sistema emocional
Así que vamos a empezar de pie, vamos a dejar los pies separados el ancho de las caderas, vamos a comenzar a mover el cuello dejando que la cabeza caiga hacia el pecho, simplemente te deja que caiga tu cabeza con todo su peso, intentando mantener la espalda recta y tus hombros hacia atrás
Al inspirar, elevas el rostro, dejas caer tu cabeza atrás y tiras de tu barbilla hacia el cielo para estirar toda esta parte frontal del cuello, vuelves al centro y vamos a dejar caer la oreja derecha hacia el hombro derecho y nos vamos a ayudar ahora con el brazo derecho tirando suavemente de ella hacia abajo y del brazo estirado lo dejamos activo para que sientas un mayor estiramiento en ese lado de tu cuello, respira profundo, inspirando vuelves al centro, dejamos caer la cabeza hacia el lado izquierdo, con ese mismo brazo rodeas sujetando tu oreja y suavemente tiras y el brazo estirado se activa hacia el suelo, observa tu respiración y cómo se va estirando suavemente ese lado, vuelves al centro, bien y vamos ahora a intentar abrir todo lo que puedas el diafragma, es muy importante crear movilidad en la parte frontal, en la parte lateral y posterior del diafragma, entonces vamos a hacer lo siguiente, vamos a extender los brazos en cruz, bien con las palmas en las manos mirando hacia la pared de enfrente y vamos a llevar la pierna izquierda estirada hacia atrás sobre la punta del pie muy activa y abres el pecho, llevas la mirada suavemente hacia el cielo, no demasiado pero un poquito, aquí abres la parte frontal del diafragma, inspira, al expirar recoges esa pierna, doblas las dos, te abrazas, grande, redondeas tu espalda soltando la cabeza, abrimos el diafragma en su parte posterior, inspirando repetimos una vez más, estiras la pierna izquierda activa, abres el pecho y tus brazos, al expirar recoges tu pierna doblando las dos y te abrazas grande, redondea tu espalda y suelta tu cabeza, inspira una última vez, abres y expirando recoges, flexionas y sueltas tu cabeza, bien hacemos lo mismo con la pierna derecha, inspira y la llevas atrás, al expirar recoges, flexionas y redondeas soltando el cuello, inspira abre y al expirar redondeas, inspira abre una última vez, la pierna atrás muy activa es muy importante, eso es, al expirar recoges, flexionas y dejas caer tu cabeza, inspiras y vuelves al centro, bien volvemos a separar los pies, el ancho de las caderas, respira amplia y profundamente, bien vamos ahora, dejando los pies paralelos entre sí, vamos a estirar el brazo derecho hacia el cielo, mantén las piernas fuertes, el abdomen inferior un poquito activo y te inclinas hacia tu lado izquierdo, el brazo de abajo está activo también, el pecho se eleva hacia la barbilla y la mirada si no molesta el cuello se dirige como hacia la axila, vamos a inspirar aquí, retienes el aire tres segundos y sueltas, estiramos ahora el diafragma en el lado, en su lado, en este lado derecho, inspiras de nuevo, retienes tres segundos y sueltas, una vez más, retienes y sueltas el aire, observa la diferencia entre un lado y otro, respira profundo, vamos a hacer lo mismo con el lado izquierdo, inspirando subes el brazo, piernas firmes, el vientre un poquito activo, el brazo de abajo también, te inclinas, eleva el pecho, gira el cuello, respira, retienes tres tiempos y sueltas el aire, inspira de nuevo, retén y sueltas, gira una vez más, retienes y sueltas y lentamente bajas ese brazo, respira profundamente, siente realmente como mueves el diafragma, es súper importante para calmar el sistema nervioso, para soltar y relajarlo, vamos a llevar ahora la mano izquierda hacia la clavícula derecha sin pisarla un poquito más abajo y el dorso de la otra mano la colocas en el sacro, una vez así que la palma queda hacia afuera, una vez que estás aquí el codo y el hombro derecho lo llevas hacia atrás, lo que puedas, bajando el trapecio, tiras ahora de la piel de esa clavícula y parte del pecho hacia abajo e inclinas tu cabeza hacia el lado contrario y luego llevas la barbilla hacia ese pecho, nota cómo vas liberando la musculatura superior de las costillas, sigue insistiendo en llevar tu codo y hombro atrás y tirar de la piel hacia abajo, inspirando vuelve y hacemos lo mismo con el otro brazo, dorso de la mano en el sacro, codo y hombro atrás bajando el trapecio y esta mano debajo de la clavícula tira de la piel, bien con las piernas firmes inclina tu cabeza, nota cómo vas estirando hasta la garganta, lleva tu cabeza un poquito atrás, hombro y codo izquierdo atrás también y poco a poco vas llevando la barbilla hacia el pecho contrario, intenta llevar el aire hacia ese lugar, inspirando vuelves al centro, bajas tus brazos y respira amplio y profundo un par de veces o tres, nota la expansión del diafragma como la respiración ahora fluye mejor, nos vamos a sentar, vamos a llevar las nalgas hacia los lados, hacia atrás para que tu espalda quede recta, también puedes sentarte sobre una altura, manta o cojín para estar más cómoda y con tu columna más estirada, hemos soltado el cuello, hemos relajado también la cabeza, hemos llegado a la expansión del tórax por todos sus lados en su parte frontal, lateral y posterior y continuamos con el movimiento en los hombros para seguir soltando esta zona, ya que es un lugar en el que se acumula mucha tensión y cuando sentimos esta tensión en el cuerpo y sobre todo cuanto más cerca de la cabeza más influye en nuestras emociones, así que vamos a soltar los hombros, deja los brazos sueltos, haz círculos con ellos hacia atrás, descargando no solo el hombro sino también toda la zona del trapecio, la zona de los homóplatos, aprovecha cuando tomes aire para que los hombros suban, cuando bajan sueltas el aire
Bien, los dejamos sueltos los brazos, ya profundo y sientes cómo van soltándose y desentumeciéndose, relajando toda esa zona
Coloca ahora tu mano izquierda sobre el trapecio derecho pero lo vamos a hacer de una manera especial, intenta no poner la mano sin más, sino hacer como una especie de cuenco en el que puedas abrazar tu trapecio, intenta sentir la piel de esta parte de tu cuerpo, intenta sentir ese músculo como si quisieras llegar más allá, no simplemente posando la mano, intenta sentir esa parte del cuello, poco a poco ve dejando que tu cabeza caiga hacia el hombro contrario, la mano va teniendo cada vez más sensibilidad, eso es, y mueve el cuello aquí como tú necesites, como sientas mejor para ir soltándolo, abraza ese trapecio sin presionar, siente que realmente estás abrazándolo con tu mano y que mueves tu cabeza suavemente, no con el afán de sentir un gran estiramiento en la musculatura, sino desde la suavidad ir soltando, es como si tu mano pudiera captar cualquier sensación, tensión que pudiera haber en esa zona, muy suave, deja que se mueva suavemente, recreándote en ese gesto, siente como esa mano percibe el movimiento de esa musculatura que está debajo, intenta poner toda la conciencia en ello, vamos a dejar la cabeza en el centro, las manos en el regazo o sobre las rodillas y observa la sensación en ese trapecio, cuello derecho, observa la sensibilidad que has creado, siente la suavidad que ahora tienes el lado a diferencia del otro, vamos a hacer lo mismo con el izquierdo, la mano se posa y abraza el trapecio, máxima sensibilidad en él, intenta sentir que realmente va más allá de la piel y suavemente empieza a mover el cuello como tu necesites, quizá el registro del movimiento es diferente al otro lado, porque este lado puede que tenga más tensión o no, intenta que la mano perciba ese movimiento suavecito que tú vas haciendo, todos estos gestos los registra el cerebro, esos movimientos tranquilos en los que vas sin prisa, los registra en forma de calma y serenidad, así que recréate, no hay prisa, crea esa sensación, ese contacto de tu mano con la piel, siente como se mueve esa musculatura por dentro, soltándose, vamos a parar en el centro, tus manos sobre rodillas o muslos, observa esa sensación ahora en los dos trapecios y en ese lado del cuello y deja que tu respiración llegue hasta ahí, ahora que notarás más soltura puedes sentir como el aire llega hasta ahí, relaja la mandíbula mientras las sienes, muy bien, vamos a colocar la mano izquierda sobre el brazo derecho un poquito más abajo del hombro, más o menos donde empieza el bíceps, colocaría mi dedo índice y aquí la mano abraza igualmente el brazo como lo has hecho anteriormente de tal manera que ella percibe el movimiento que hay de tu piel y debajo de esta, así que tienen que ser movimientos muy suavecitos para que la mano pueda captar todo esto, tienes que estar atento, no te olvides de respirar, que la mano no presione el brazo, simplemente que quiera captar todo eso que estás haciendo y te va a soltar el músculo y va a soltar la tensión, baja los brazos, pon la atención ahora en ese brazo que acabas de sentir y nota la diferencia entre uno y otro
Coloca ahora tu mano derecha sobre el otro brazo, abarca con tu mano ese brazo suavemente pero también de una manera firme mientras que ésta va captando ese movimiento interno, intenta llevar la tensión a esa mano derecha, como por dentro se va moviendo, respira mientras tanto y sigue moviendo, respira, que no se corte el aire
Despacito baja tus brazos, endereza tu espalda si es que se ha derrumbado y siente esa conciencia en ellos, suelta la mandíbula, siente como el cuello en todas sus partes, los trapecios, los hombros, brazos, diafragma, tienen una ligereza especial, respira profundo para ir integrando todo esto
Vamos a poner ahora la mano izquierda sobre el hombro derecho y vamos a empezar como a amasarlo, amásalo según vas bajando intenta sentir ese gusto cuando lo haces para ir soltando más aún la musculatura de todo el brazo hasta que llegas a la palma de tu mano que con el dedo pulgar haces círculos amasándola, masajeándola pero no te olvides de hacer una ligera presión, no es acariciar hay que presionar, vamos hasta el dedo gordo que presionas con los dedos de tu otra mano hasta la punta y sueltas, vas con tu dedo índice presionando y sueltas, lo mismo haces con el corazón, sueltas, anular, sueltas y el dedo meñique y sueltas desde el hombro presionas como un barrido y sueltas hacia el extremo de tu mano, inspira, presiona y barra el brazo y sueltas y una vez más presiona y haces un barrido hacia abajo y sueltas, bien y dejando tus brazos sobre muslos o rodillas observa este brazo que acabas de masajear y soltar, la soltura, la suavidad, la calma y observa el otro, cuando masajeamos el brazo seguimos eliminando tensión relajando el sistema nervioso, la mano, dedos especialmente el pulgar está directamente relacionado con una zona del cerebro que es casi la zona de las manos, dedos y toda la zona de la boca es casi la más importante, el punto más importante reflejado en el cerebro con lo cual todas las muecas, tensión que podamos tener en esta zona que luego vamos a masajear al igual que la tensión que podamos tener en las manos va a repercutir directamente al sistema nervioso, cuando soltamos, masajeamos, relajamos, presionamos esta zona y soltamos la mandíbula con el mismo efecto o con la misma potencia vamos a relajar el sistema nervioso estimulando esa zona del cerebro, así que vamos con el otro brazo, colocas la mano sobre el hombro, vas amasando, vas pasando por el codo, presiona que tu notes que vas soltando bien la musculatura, llegas hasta la palma de tu mano y con el dedo pulgar haces círculos presionando para soltar, cuando estamos nerviosos vamos a ir haciendo esto empezando por el pulgar y así hasta el pequeñito, cuando estamos nerviosos no sé si te has fijado que enseguida empezamos a presionar una mano contra la otra o movemos los dedos o las acariciamos o empezamos a hacer como si nos estuviéramos lavando las manos, indirectamente estos gestos implican nerviosismo pero con esto indirectamente y de forma inconsciente lo que quiero hacer es calmar el sistema nervioso, entonces por eso hay nervios y muchas veces nos ponemos así, de una forma indirecta la inercia es la de masajear las manos para relajar, vamos cogemos desde el hombro, barremos hasta la mano soltando el aire, de nuevo inspira y barremos, soltando el aire y una vez más y soltamos, respira profundo, suelta el aire lentamente y observa los dos brazos ahora, observa la pasividad en todas esas zonas que has estado estimulando, soltando, ablandando, muy bien, nos vamos a poner en la posición del gato, si te molestan las rodillas sobre el suelo puedes ponerte una mantita debajo de ellas, separa bien los dedos de las manos entre sí, los dedos de los pies hacia adentro en flex, para ir moviendo desde el gato, coxis, lumbar, dorsal movilizando la parte media baja de tu cuerpo, redondea la espalda hasta que la cabeza se hunda y caiga, al inspirar de la misma manera, elevas el coxis, sacro, hundes la zona lumbar y dorsal abriendo el pecho y llevas la mirada hacia adelante y arriba, inspira aquí y al expirar de la misma manera y en este orden coxis, sacro, así hasta las cervicales, sigues a tu ritmo, y siempre muy importante cuando inspiro es cuando abro el pecho y miro arriba, al expirar es cuando redondeo, paro en el centro y paso el brazo derecho debajo del izquierdo empujando el suelo, con ese brazo y con la palma de la otra mano gira un poquito el pecho y la mirada al cielo, abre el homóplato derecho, lleva ahí tu respiración, vuelve al centro y hacemos lo mismo al otro lado, empujo con ese brazo, con la mano, abro el homóplato izquierdo, gira un poquito el pecho y la mirada al cielo, lleva el aire hacia esa zona izquierda, mueve bien, expande bien y despacito empujo el suelo para volver y al soltar el aire apoyo los empeines, hago dos puños con las manos uno encima de otro y apoyo justo el punto entre las dejas sobre el primero, suelta tu cabeza sobre las manos, suelta los hombros y respira, aquí mismo te puedes mecer suavemente hacia un lado y hacia el otro moviendo tus caderas, dejas como el peso sobre una pierna, sobre la otra, mueve suavemente meciéndote, paramos en el centro, colocas la frente en el suelo y las manos debajo de tus hombros para ir subiendo vertebra a la espalda en redondito, juntas tus rodillas y posas el doso de tus manos a la altura de las ingles con los hombros atrás, respira amplia y profundamente y observa la serenidad del cuerpo
Muy bien, nos vamos a sentar hacia cualquiera de los lados para tumbarnos sobre la espalda
Para que se molestara la zona lumbar puedes ponerte siempre una altura debajo de tus piernas, una silla, una manta, lo que necesites que tú estés cómoda y si no hay problema pues estiras tus piernas, si piensas que vas a tener un poco de fresquito arrópate con una manta porque desde aquí después de la relajación del rostro vamos a enlazar con el relax final así que ponte todo lo que necesites para estar cómoda, ajusta bien la postura de esa basana dejando piernas, pies, brazos y manos sueltos sobre el suelo, toma un par de respiraciones profundas, 2 o 3 lo que necesites, inspira profundo, suelta el aire por la boca como si fuera bau que expulsas en un cristal, inspira
Una vez más
Vamos a colocar el dedo corazón de tu mano derecha o izquierda como prefieras en el punto entre las cejas, masajea haciendo circulitos este punto con una ligera presión, suelta la mandíbula, este punto el entrecejo es clave cuando estamos enfadados, preocupados, es un punto muy habitual en el que se tiende a fruncir generando tensión y por supuesto creando un condicionamiento de un sentimiento de tristeza o de agresividad o tensión lo registra el cerebro alterando nuestro sistema nervioso así que dale ese masajito para que se suelte, bien con la otra mano vamos a colocar los dedos justo encima de las cejas, las bordeamos y con 3 o 4 dedos llegas hasta tus sienes haciendo circulos en ellas con una ligera presión, suelta la mandíbula, bien con estos mismos dedos en el nacimiento del pelo desde el centro hacia los lados bordeas, con una ligera presión llegas a tus orejas y con un par de dedos o tres coges el canto de tus orejas y masajeas presionando hasta el lóbulo donde te entretienes unos instantes y subes de nuevo hacia la punta de las orejas y bajas de nuevo siente ese placer que supone masajearlas esa presión, bien vamos a colocar ahora las manos justo en el comienzo de tu nariz con los dedos perfilas tu nariz coges las aletas de tu nariz y tiras de ella un poquito hacia adelante o hacia arriba como lo veas y hacia afuera, respira profundo con 3 o 4 dedos llegas a tus mejillas que haces círculos en tus mofletes, suelta la mandíbula, suelta toda la musculatura del rostro, siente la piel moverse también, no tapó humulo incluso en cia, tiras de la piel hacia las orejas y con tus dedos presiona subiendo hacia las sienes de nuevo y sigues tirando hacia arriba sin deslizarlas por tu cabeza, estiras tu piel, relaja tu mandíbula, ve con tus dedos sobre el labio superior masajeándolo y también la encía, baja hacia las comisuras por fuera, bordea el labio inferior, masajea y presiona incluso tu barbilla, amasándola, la mandíbula haciendo pequeños pellizcos, lleva las manos por detrás de tu cuello y amásalo, trapecios, baja tus manos a los costados, presiona por las crestas ilíacas y suelta tus brazos dejándolos relajados sobre el suelo en sabasana, mientras respiras profundamente observa el rostro, la pasividad del rostro, la suavidad en él, deja que la lengua descanse en el suelo de la boca, nota como todo el cuerpo va soltándose mas gracias a la fuerza de la gravedad, los labios siempre un poquito entrabiertos, sientes como tu respiración cada vez es más lenta y suave, casi casi imperceptible, esto sucede cuando estás muy relajado, se consiente la pasividad de todo tu cuerpo, como el cuerpo va sintiendo e integrando todas estas sensaciones en el suelo, la pasividad de todo el cuerpo, como el cuerpo va sintiendo e integrando todas estas sensaciones en el suelo, la pasividad de todo el cuerpo, como el cuerpo va sintiendo y integrando todas estas sensaciones en el suelo, la pasividad de todo el cuerpo, como el cuerpo va sintiendo y integrando todas estas sensaciones en el suelo, la pasividad de todo el cuerpo, como el cuerpo va sintiendo y integrando todas estas sensaciones en el suelo, la pasividad de todo el cuerpo, como el cuerpo va sintiendo y integrando todas estas sensaciones en el suelo, la pasividad de todo el cuerpo, como el cuerpo va sintiendo y integrando todas estas sensaciones en el suelo, la pasividad de todo el cuerpo, como el cuerpo va sintiendo y integrando todas estas sensaciones en el suelo, la pasividad de todo Este es el canal de subtítulos en español de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días
respira profundo vuelve a tomar contacto con tu cuerpo comienza a moverlo suavemente, de manera muy delicada haz cualquier movimiento que necesites lleva tus rodillas hacia el pecho y abrázalas puedes meterte aquí suave un poquito hacia un lado y hacia el otro masajeando tu espalda gira hacia cualquiera de tus lados y con la ayuda de tus manos, muy despacito, te incorporas para sentarte con tu espalda recta con la presencia ahora de ti de esa sensación de calma que genera paz dentro de ti, paz, equilibrio que todas estas sensaciones se queden grabadas en cada poro de tu piel y con esta sensación de soltura profunda y espacio te deseo que tengas muy buen día, muchas gracias por estar ahí Namasté
Audio:
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Sesión de relajación consciente - Yoga Nidra
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