La música en la Ayahuasca: los ícaros

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31 de enero de 2022

En la Amazonía se denomina “Ícaro” al canto o melodía que utilizan los curanderos durante los trabajos rituales que realizan.

Sin traducción literal en idioma castellano, quechua u otra lengua de la zona, su significado en el plano operativo es mucho más profundo e importante: el canto chamánico es el arma curativa, la sabiduría y el vehículo de la energía personal del curandero, el símbolo de su poder.

La acción de “icarar” implica “cargar”’ con el poder del chamán un objeto o pócima, confiriéndole alguna propiedad específica para ser transmitida al receptor, ya sea limpieza, protección, curación, daño o para influir sobre su voluntad.

Esto se hace cantando el Ícaro directamente sobre el objeto o sustancia transmisor. El objeto será luego remitido al interesado y la sustancia ingerida en caso de líquidos (pócimas) o el humo soplado si se trata de tabaco icarado.

El Ícaro es parte fundamental del quehacer curanderil de la Amazonia. Resume el conocimiento del chamán, constituyendo su patrimonio curativo, su arma de trabajo y la herencia que deja al aprendiz. Siendo vehículo de su energía, su eficiencia depende en gran medida de la preparación del curandero mediante dietas, ingestión de purgas, régimen de vida e integración de la sabiduría ancestral.

Un maestro no transmite a su aprendiz “técnicas” ni instrucción formal sino que le acompaña y guía para que capte el conocimiento que le está predestinado. Como parte de esta enseñanza va cediendo “sus” ícaros.

Cada chamán es dueño de sus ícaros, cómo es dueño de su experiencia y sabiduría, por haberlos recibido a su vez de su maestro o directamente de la naturaleza. Es común que los curanderos manifiesten que las cosas que saben, incluidos los ícaros, han sido aprendidos en sueños, en visiones o que les han sido dados por las plantas.

Cuentan que en estos estados de conciencia inducidos por brebajes de “plantas maestras” han captado la melodía, sin mediar voluntad ni raciocinio, sintiendo que se impone por sí misma y muchas veces en idioma desconocido.

En el momento de la curación, generalmente, surge en igual forma. Ni las palabras, ni la comprensión del texto del ícaro son imprescindibles, pero sí la melodía y que el curandero sienta, comparta su espíritu. Si se compenetra con el ícaro sabrá cuándo, cómo y con quién utilizarlo.

Los ícaros que utilizan los chamanes poseen letra muy simple, aludiendo a determinadas plantas, animales y elementos del paisaje local poseedores de poder o simbolismo.

En la actualidad se encuentra en muchos ícaros sincretismo cristiano y alusiones bíblicas. La mayor parte de ellos está escrita en castellano, quechua y otros dialectos según la procedencia de los maestros más antiguos, aunque algunos son sólo melodías monocordes y muy repetitivas.

¿Cómo actúan los ícaros?

Podríamos decir que al igual que los Mandalas en las tradiciones orientales, lo hacen sobre determinados centros energéticos, mediante vibración sonora, modulando así la función orgánica, y que hay un conocimiento subconsciente que guía al chamán a elegir el ícaro adecuado a cada circunstancia.

Podríamos decir también que el ícaro es un pretexto para que el chamán transmita su energía... o que es el mensaje transmitido en el ícaro el que cura.

No hay una respuesta precisa, puede ser una o todas las razones a la vez. Cualquier explicación enmarcaría dentro del racionalismo un fenómeno que trasciende lo racional y por lo tanto sería válida sólo a nivel testimonial y sujeta a experimentación.

Durante rituales curativos donde se utiliza brebajes de plantas, los curanderos orientan la curación, modulan la energía individual y colectiva, y cuidan la unidad del grupo.

Percibido bajo estado modificado de conciencia, el ícaro ayuda a metabolizar las visiones, remueve contenidos subjetivos en diferentes niveles, nos guía en el trabajo de autoexploración y al mismo tiempo es la ligazón con el plano real actual. Aunque no hay una secuencia precisa para estos ícaros, el chamán sabe o percibe cuál es el adecuado.

La fuerza del curandero se ve en la eficacia de sus icaros, que son captados a nivel físico por cada miembro del grupo.

En Televisión Consciente hemos viajado hasta la selva amazónica para grabar nuestro Curso de Ayahuasca, la medicina del Alma, veremos su composición, preparación, ceremonia y todo los detalles de esta ceremonia ancestral.