¿Se te atragantan las cadenas de televisión? ¡Ahora es el momento de desconectar!

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21 de octubre de 2021

Cada vez somos más personas las que hemos desconectado totalmente de la información que vemos en la televisión. Sentimos que nos irrita y no nos hace ningún bien.

Vemos además con preocupación que la gran mayoría de los contenidos de los informativos se generan en respuesta a construcciones de opinión interesadas que tienen su origen en grandes lobbies globales o poderes locales. Tenemos la clara sensación de que las cadenas dibujan una realidad ficticia cada vez más alejada de nuestra propia realidad y de nuestras necesidades. Se han ido alejando del fin informativo social que tenían en origen para convertirse en un mero instrumento de manipulación social que responde a intereses financieros o de estructuras de poder.

Lamentablemente, el papel del periodista como agente de contrapeso social, está bajo mínimos, aunque por suerte, queden algunas honrosas excepciones que admiramos y que aguantan estoicamente casi sin recursos al margen del sistema.

Si desconectas de la televisión, ayudarás a desarticular todo este mecanismo

A día de hoy, las principales instituciones de inversión tienen consejeros y participaciones muy sustanciales en gran parte de los medios de comunicación tradicionales y en los gigantes de internet.Es por ello que muchos de los debates sociales que se generan en nuestro país se recrean de forma sincronizada en las televisiones de muchos países de occidente a la vez para que todos pensemos y hablemos sobre lo que a estos grupos de poder les interese.

Esto sucede por supuesto también de forma muy obvia con los mensajes políticos. Estas mismas estructuras de poder tienen la capacidad de condicionar la intención de voto de un% significativo de la población de nuestra sociedad, y eso hace que nuestros políticos las teman o hagan lo posible por agradarles. Esto da lugar a que favorece mediáticos se intercambien por favores regulatorios corrompiendo aún más nuestro sistema.

El control unido a un interés en maximizar las audiencias, hacen que las televisiones dibujen una realidad mucho más negativa que la propia realidad

Eso nos deprime, nos genera miedo, nos estresa y nos hace más manipulables a otros mensajes de «falsa seguridad». Además, vemos que los contenidos apelan a las pulsiones humanas más bajas, buscando la adicción o el consumo compulsivo, lo que tampoco contribuyen al bienestar de las personas. Esto es especialmente grave por las noches, en las que imágenes violentas o estridentes alteran nuestro sistema nervioso central en vez de preparar nuestro cerebro para una transición consciente al mundo de los sueños activos o de la desconexión profunda. Te proponemos que desconectes las pantallas por las noches y que te ayudes a ti mismo leyendo por ejemplo un libro.