Siglo XII-XV

En este periodo histórico nadie ponía en tela de juicio la existencia de las brujas o el diablo. Como en épocas anteriores, la mujer rural siguió realizando sus prácticas habituales y nunca admitió sus artes ante el médico masculino, ni se abrió a contarle sus secretos. La figura de la bruja era la única semejante en este campo y, para la mujer, la única medicina accesible a sus necesidades más íntimas en muchos casos. La fecha en que comienzan las grandes persecuciones de brujería se sitúa entre los años 1230 y 1430, liderada por las acusaciones que se hicieron a los Catharos (religión humanista aniquilada por la ortodoxia Cristiana), como antecesora de la doctrina que sentenciaría después a las brujas.