La relación entre tu mente y tu cuerpo: desconexión, dominación y control

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28 de septiembre de 2020

Cuando practicas yoga un mundo de sensaciones llegan a tu cuerpo y mente. No sólo se producen estiramientos aliviando cualquier bloqueo o tensión muscular, el yoga va mucho más allá.

Cuando alguien se acerca a esta disciplina son muchos los motivos por los que lo hacen. Estrés, ansiedad, dificultad para conciliar el sueño y un sinfín de cosas más. Pues bien, el yoga aporta mucho más aún. Entre otras cosas puedes experimentar cambios en tu cuerpo y mente. Es una forma de conocer la relación que hay entre ellos, cuando comienzas a entrar en lo más sutil de ti, aquello que realmente toca algo tan delicado con muchas sensaciones que con palabras no se pueden explicar.

Muchas veces estamos desconectados de toda la información que nos acerca a conocernos más a nosotros mismos. Lo que pasa por la mente no llega a sentirlo el cuerpo y al revés. Es como si cada uno fuera por su lado. No están integrados, no hay una armonía.

En las posturas de yoga se trabajan partes del cuerpo que muchas veces no sientes en un principio. Zonas que han estado dormidas durante años y no se ha creado una inteligencia en ellas y que apenas tienen movimiento, están perdidas cuando hay que hacer un gesto en especial, es como si no respondieran, no hay conexión.

Muchas reacciones son habituales cuando mueves una zona del cuerpo en concreto, puede producir llanto, incertidumbre, miedos que no sabes de donde vienen y no comprendes porque dejan verso de esa manera. Es ahí cuando comienza el darse cuenta, el trabajo que como practicante de yoga se debe hacer.

En muchas ocasiones el estudiante de yoga de forma inconsciente tiende a dejarse llevar excesivamente por las instrucciones del profesor y no se responsabiliza de lo que sucede en su interior, por lo tanto, ha de hacerse responsable de como llevar a cabo todo lo que su cuerpo y mente van generando durante la sesión de yoga.

La actitud con la que se afronta la práctica es fundamental para que haya una conexión entre cuerpo-mente adecuado.

  • ¿Cuál es tu actitud ante las posturas de yoga en general?
  • ¿Estás pendiente de la forma de la postura?
  • ¿Eres capaz de ir profundizando e ir más allá de tu cuerpo a ciertas sensaciones más sutiles?
  • ¿Sientes que disfrutas durante tu práctica a pesar del esfuerzo o solamente sientes una sensación placentera al finalizar la sesión?
  • ¿Sientes que tu mente está estable o tiendes a tener distracciones en tu práctica?

Todo ello ayudará a darte cuenta de cómo vives tu práctica más superficial o de una manera más profunda. De esta forma podrás ver si tu Sadhana o 'práctica espiritual'es más o menos madura.

Actualmente, en nuestra sociedad se confunde la dominación con el dominio. Vivimos en una sociedad narcisista que se apoya al que obtiene buenos resultados en lo que haga y el que externamente aparente una actitud de seguridad física y mental. Pero lejos de esto es lo que se trabaja en yoga como dominio o control dentro de la práctica.

Una actitud de dominio o control al ejecutar las posturas, no es realizarlas de manera perfecta (desde una imagen mental o como debería ser) si no sentir como va generándose la forma interna hasta llegar a la postura correcta enfocándola de forma estable y tranquila para poder profundizar . Para ello debemos estar conectados con el presente sin que se mezclen ideas preconcebidas o estereotipos de posturas.

Desde el punto de vista de los centros energéticos un exceso de energía en la zona lumbo-sacra puede generar sensación de ejercer dominio o posesividad excesiva, de violencia y autodestrucción. En mis clases es de suma importancia todo el segmento pélvico desde el coxis hasta el diafragma para generar sentimientos de fuerza, calma y sensibilidad a la vez . Desde aquí es más fácil conseguir una postura más estable y tranquila y por lo tanto controlado.

En los Yoga Sutras de Patañjali , texto de referencia para los yoguis, en el segundo Sutra se define como «Yoga cittavrittiNirodhah» que significa: Yoga es el control (Nirodhah) de los patrones de pensamiento del campo mental. Así que este dominio o maestría al que se refiere ocurre cuando la atención se interioriza y desde esa profunda quietud se domina el proceso mental para trascenderlo.

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